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¿En busca del comedor perfecto?

Por Eileen Rivera-Esquilín

La selección de un comedor es algo que no debe tomarse a la ligera. Algo tan básico como el espacio real y funcional que tenemos para colocarlo a veces se pasa por alto y compramos sin verificar medidas. Ten en cuenta, para empezar, que si estás considerando tener un bufé o consola detrás del comedor, debes dejar unos 3’ libres desde el borde de la mesa hasta donde comienza el bufé. Si no vas a tener uno, de igual modo debe existir esa distancia entre la mesa y la pared, para que los comensales puedan entrar y salir sin problema de sus sillas y además, haya espacio disponible para circulación.

Dicho esto, sabrás cuál es el espacio real que te sobra para la mesa y sus sillas, si te conviene una mesa cuadrada, rectangular -la más adecuada si se trata de espacios estrechos- redonda o triangular, como hemos visto en diseños recientes.

La mesa redonda, por ejemplo, genera mayor sociabilidad entre los comensales. En la misma, el centro está al alcance de todos por igual y permite una relación más dinámica. Sin embargo, a la hora de pensar en atender a varios invitados al mismo tiempo, una mesa redonda puede ser una complicación, y aquí es donde conviene pensar entonces en una rectangular, que tal vez, es la más tradicional de todas.

Las cuadradas son un poco más contemporáneas. Sus ángulos rectos aportan un aire de solemnidad y versatilidad. Por lo general, mide 60” x 60” y son muy prácticas porque tienen la ventaja de acomodar a dos personas por cada lado, aún cuando es la que menos espacio ocupa. Además, brinda espacio libre en el centro para colocar la comida.

La triangular, regularmente, acomoda hasta seis personas (dos por cada lado), pero no es tan versátil como las otras. Otras mesas, con capacidad de extensión son muy prácticas, ya que permiten sentar hasta dos comensales adicionales.

Materiales, sillas y accesorios

En términos de seguridad, la de tope de cristal no necesariamente es la más adecuada cuando hay niños en la casa. Habría que asegurarse de que sus esquinas estén pulidas y de que su base sea lo suficientemente pesada y ancha para impedir que se incline.

En términos de ambientación, si se trata de una mesa de cristal, su base será la que dictará el estilo del espacio, si es de madera, acero inoxidable o cromada, lacada, etc. Las de tope de madera son muy prácticas, pues su superficie es más fácil de limpiar.

La buena noticia de los últimos tiempos, es que tenemos la ventaja de comprar las sillas por separado y podemos mezclar estilos-colores, así como combinarlas con un ‘bench’ (como muestra la imagen). Eso sí, asegúrate de que el estilo de silla que escoges va a tono con la mesa y que si, por ejemplo, compras una mesa que acomoda a 8 personas pero seleccionas sillas con brazos, podrías tener problemas porque podrían chocar y sería muy incómodo para los comensales. ¡Hay que medir antes de comprar!

Si hablamos de luminarias, hay un detalle que no debemos pasar por alto: la pieza suspendida debe colocarse a una altura de 30 pulgadas del tope de la mesa. Mientras, si decides colocar alfombra en esa área -claro está, en un material de fácil mantenimiento- procura que la misma cubra como mínimo 2’ desde el borde de la mesa para que aún cuando los comensales muevan las sillas, estas sigan con todas sus patas sobre la alfombra y así evitar que se desnivelen.

Como ven, son varios los detalles a cuidar para que la estancia quede perfecta y funcional.

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