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¿Cómo seleccionar el color correcto?

Por Eileen Rivera-Esquilín

Recién les compartía algunas sugerencias para hacer pequeños cambios en casa ahora que estamos más tiempo en ella. Una de ellas es pintar, cambiar de color alguna de las estancias o simplemente, crear un punto focal. Pero esto puede resultar tan sencillo como complicado.

Y es que para muchas personas, eso de seleccionar un “color diferente” para la pared principal de la sala, la habitación, el pasillo o el baño puede convertirse en un dolor de cabeza. Si bien es uno de los cambios más sencillos y económicos que podemos hacer en el hogar, tampoco se trata de pintar con el primer color que nos guste, pensando en que “luego si no me gusta, lo cambio", porque tampoco queremos estar pintando todos los meses.

Para empezar, si el único cambio que vamos a realizar es de pintura -o sea, que no hay cambio de muebles-, debemos considerar una tonalidad que vaya a tono con el estilo y decoración existente. Esto, sin pasar por alto, que además vaya de acuerdo a nuestros gustos.

Pensemos, por ejemplo, que vamos a pintar la pared principal de nuestra sala-comedor, esa pared larga que une ambas áreas. ¿Qué tipo de mobiliario tenemos? ¿Son piezas neutrales? Digamos que el sofá y las sillas de comedor son en tonalidades crema, gris o blanco. Y que las mesas o patas de los muebles son en madera o metal. Si a eso le sumamos que tenemos cojines y otros accesorios en colores brillantes, pues podríamos “irnos a la segura” pintando la pared de un tono también neutral -cremoso o gris- pero un poco más oscuro.

Si queremos un cambio “más radical”, podemos también pintar la pared por ejemplo, de azul -que provoca tranquilidad-, si es un color que nos gusta y que de repente ya lo tenemos entre los cojines del sofá. Pero recuerden, debe ser una tonalidad que les guste a todos en casa, porque se trata de la pared que vamos a ver a diario. Si se cansan con facilidad de los colores, mejor quédense en los neutrales. De todas maneras, otra forma sencilla de cambiar el ‘look’ es variando los cojines y sus colores.

Mientras, si queremos algo un poco más vivo en una pared, piensen en alternativas entre los amarillos, naranjas y ocres, pues cuentan con una gama amplia de tonalidades pasteles, mates o brillantes. Sin duda, se trata de colores que aportan luz y amplitud. Claro, si hablamos de amplitud el líder sería el blanco, pero si buscamos algo distinto tienen esa alternativa. Además del azul, el verde es otro color que provoca relajación y es una buena opción para las habitaciones, donde lo que se busca es el descanso.

De la misma manera que ya sabemos que si necesitamos amplitud, la apuesta segura debe ir hacia el blanco, también hemos escuchado que tonalidades oscuras no deben utilizarse en estancias pequeñas o de poca entrada de luz natural porque harán que las mismas luzcan más reducidas todavía. Pero lo cierto es que, las normas están para romperse y que nada está escrito en piedra.

¿Qué tal si somos un poco más osados y le impartimos un poco de drama al espacio? De repente, podemos pintar una pared de gris bien oscuro, verde monte, azul petróleo o negro. Mobiliario en blanco, cremas o grises, así como maderas claras con textura o accesorios dorados son algunos de los complementos que pueden crear balance.

Apostemos por algo diferente… ¿Se atreven a salirse de lo común?

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