¡Sácale partido a la rueda!
Por Eileen Rivera-Esquilín
Escoger una paleta de color muchas veces provoca un dilema.
La buena noticia es que su uso adecuado puede transformar por completo cualquier espacio. La rueda de color, sin duda, es una herramienta valiosa para entender las relaciones entre los colores y crear así combinaciones armoniosas. De eso te hablaba hace poco en el ‘podcast’ Interiorismo 101 y ahora te lo comparto por escrito para que lo revises cuantas veces quieras.
El primer paso es entender la rueda de color para seleccionar aquellos que aportarán equilibrio y estilo a tu hogar.
1. ¿Qué encontramos en la rueda? Lo básico,
Colores primarios: Rojo, azul y amarillo.
Colores secundarios: Verde, naranja y violeta
Colores terciarios: Resultan de la mezcla de un primario y un secundario.
2. Tipos de combinaciones
Análogas: Colores contiguos en la rueda. Crea armonía y suavidad. (Por ejemplo: Verde, azul verdoso y azul)
Complementarias: Colores opuestos en la rueda. Genera contraste y viveza. (Por ejemplo: amarillo y violeta)
Triádicas: Selecciona tres colores equidistantes en la rueda. Ofrece variedad sin abrumar.
Split-Complementarias: Selecciona un color principal y dos colores adyacentes a su complementario. Logra contraste sin ser demasiado intenso.
Monotono: Se escoge una tonalidad de un color y se combina con los neutrales.
Monocromático: Es fácil de utilizar porque es sobria y elegante. Aquí seleccionas un color de la rueda y sus diferentes variantes.
3. Creando nuevas combinaciones
Punto de partida: Elige un color que te guste mucho o que sea clave para tu ambientación.
Considera el estilo: Piensa en la atmósfera que deseas lograr. Tonos cálidos para un ambiente acogedor o tonos fríos para un ambiente sereno.
Incluye siempre neutrales: Blancos, grises y cremas son esenciales para equilibrar la paleta de colores y ofrecer puntos de descanso visual. Y claro, negro también es considerado un neutral.
4. Equilibrio y proporción:
Color dominante, secundario y acento: Aplica la regla 60-30-10 para distribuir los colores. Un 60% para el color dominante o en el 60% del espacio, 30% para el secundario y 10% para el color de acento. Y ya, con tres colores basta.
Considera la luz natural: Los colores pueden cambiar bajo diferentes condiciones de luz. Prueba los colores en la habitación antes de integrarlos.
5. Incorporar neutrales
Roles: Funcionan como lienzo de fondo, equilibran colores intensos y añaden sofisticación.
Tonos: Pueden ser cálidos (beiges) o fríos (grises, blancos).
Texturas y patrones: Añaden interés visual sin competir con colores llamativos.
(Fotos / Unsplash)
La regla 60-30-10 es un principio de diseño de interiores que te ayuda a equilibrar y distribuir los colores en una habitación de manera armoniosa. Aquí tienes un ejemplo de cómo aplicar la regla en una sala:
Color dominante (60%): Gris claro
Dónde aplicarlo: Paredes, alfombras, muebles grandes como el sofá.
El gris claro proporciona un fondo neutral y sereno para la sala.
Color secundario (30%): Azul
Dónde aplicarlo: Tapicería de sillas, cojines decorativos.
Razón: Agrega profundidad y contraste sin ser abrumador.
Color de acento (10%): Naranja
Dónde aplicarlo: Pequeños accesorios decorativos, obras de arte.
Agrega vitalidad y destaca puntos focales sin dominar la paleta.
Consejos adicionales:
Distribución equitativa: Distribuye los colores de manera uniforme en la estancia para un equilibrio visual.
Considera la proporción de elementos: Asegúrate de que la cantidad de color se ajuste a la función y tamaño de cada elemento.
Variación de tonos: Dentro de cada color, puedes utilizar diferentes tonos para agregar profundidad y variedad.
